Si así lo has hecho, la idea que se te presentará es ¿hasta cuando tendré que tomar yo medidas -redobladas- en esta circunstancia? Y el miedo se irá apoderando de ti, te traicionarán los nervios, la desesperanza podrá tomar cuenta de tu corazón, etc, etc. Te sentirás perdido/a, y con el pasar de las horas quizás ya te hayas quedado sin ánimo ni esperanzas.
Si mirás hacia el Dios Trino, que se manifiesta y se presenta en la Biblia, recordarás que no sos todopoderoso/a, que para Dios no hay situación difícil, que Él es nuestro refugio y abrigo, que Él puede brindar paz y fortaleza, incluso ¡regocijo!, aunque lo que los ojos vean no sea para nada seguro o pacífico. Recordarás que Él sí es Todopoderoso, que Él sí es Dios, que Él TODO lo sabe, que Él te ama muchísimo, que Él es Bueno. Pues eso es lo que has aprendido.
Si ya cometiste el error de observar el panorama desde tu posición (como suele suceder), te habrás sentido tan, pero tan, superado/a que pudiste darte cuenta de que mirar la tormenta e imaginarte enfrentándola no te ha hecho bien, que nunca ha sido una buena idea, y probablemente te habrás acordado de alguna escritura en la que tu Padre Eterno te expresaba que la carga se la pasaras a Él, que Él era tu Dios, que Él quería hacerse cargo y que te iba a dar la victoria.
También te llegó el momento en que te diste cuenta de cuál era la diferencia entre mirar las cosas desde nuestra perspectiva y mirarla desde lo alto.
Pero ahora es tiempo de tomar una decisión, te pregunto: ¿Cómo querés vivir en los días de prueba? ¿y en los venideros? ¿Vivirás en el temor o en la fe?
¡ Sí ! no debés mirar lo que los ojos cristianos no tienen que ver, recordá que como Hijo/a del Padre Celestial tú seguís cosas que no se ven.
Y cuando tus ojos insistan en mirar lo que no deberían tomar en cuenta, cuando te descubras mirando la tormenta, recordá que tenés un 'paraguas' imponentemente fuerte y seguro que te resguarda y que quiere que lo mires a él, y no que observes lo que sucede más allá de lo que están compartiendo tú y él.
Tenés que tener siempre presente que Tú y Dios son suficientes en cualquier situación.
Por supuesto, que las tormentas van y vienen, pero la Palabra de Dios ... se mantiene firme.
En los días soleados la Biblia refresca, y en los tormentosos la Palabra del Dios te protege, te esconde, te guarda, te mantiene sin daños. Dios es un 'paraguas' para toda ocasión.
¿Estás en una tormenta? Entonces, acercate a tu Dios, aferrate, y no mires más allá de Él, y pronto las nubes se irán con todo lo que las acompañaba. El sol asomará y el paisaje será otro, y tú ya no serás el/la misma porque tu situación habrá cambiado, te sentirás a salvo, y mucho más experiente.
Comprobarás, otra vez, que ese 'paraguas' nunca te puede faltar y, que tu decisión de refugiarte en él y descansar él, que el no darle atención al feo panorama, te libró de grandes dolores.
Refugiarse en Dios y clamarle siempre resulta en victoria.
Dios te bendiga siempre. ¡ Alábalo !
No hay comentarios:
Publicar un comentario