Me congrego como lo manda Dios, pero no sigo doctrinas de hombres, me reúno para aprender -realmente- más de Él y para que mi fe siga firme.
Me congrego donde escucho Su Palabra, porque no acepto lo que no sea bíblico.
El centro de mi atención es el Altísimo. Él está sobre todos y todas las cosas, porque Él es Dios.
No busco Religiosidad quiero más Cristianismo, quiero que el centro de todo sea Su Palabra (completa, sin modificaciones y sin agregados).
Solamente ante Él me inclino, solamente ante Su Palabra (Su voluntad) me quiero inclinar, solamente a Dios quiero saber adorar.
No adores una Religión, adorá a DIOS, quien es digno de alabanza, gloria y honor por siempre.
Los Cristianos creemos en un mismo Dios, en una misma Palabra, pero reconozco que el Cuerpo de Cristo también es diversificado. Respeto las "pequeñas" diferencias que nos hacen en algunas cosas distintos, que nos hacen cuestionarnos, crecer juntos, y fortalecernos en lo que creemos. A Dios le indigna la impiedad e injusticia, por lo que debemos estar vigilantes, arrepentirnos del mal, buscar Su perdón, y a aprender de Él. Dios es bueno.
domingo, 5 de agosto de 2012
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