Isaías 1:18.
Si estas arrepentido/a de algo -no lo dudes- despojate pronto de eso porque cuanto más se arraigue en tu vida más difícil será verte libre de él, y peor te irá.
Si has demorado en pedir perdón no esperes más, pedilo pronto.
El arrepentimiento debe ser genuino, si así lo hacés Dios te perdonará, no importa cuál haya sido tu pecado.
Será maravilloso el liberarte de la culpa, y te sentirás muchísimo mejor después de haberlo hecho.
Cuando le pidas perdón a Dios, pedile que te ayude, que te fortalezca ante esa falta para que no vuelvas a ser presa fácil de ella, que te ayude a superarte, que te de sabiduría y discernimiento, que aleje de ti lo que te aleje de Él.
Luego de arrepentirte de corazón no dudes que te ha perdonado porque cuando nos arrepentimos ante Dios Él nos perdona de verdad, lo que Dios afirma en Su Palabra lo cumple.
No dudes que Dios te perdonó, pues el enemigo de nuestras almas quiere que no le creas a Dios, quiere que no te sientas ni creas haber sido perdonado/a, desea que te desanimes para que sigas pensando que no tenés solución y para que continues haciendo lo malo.
En lugar de mirar para atrás y recordar lo malo que hiciste antes, mira para adelante, creele a Dios y buscá agradarlo conociendo más de la Biblia y buscando obedecerlo, ésto hará que tu vida prospere y que sientas gozo.
Limpiemos nuestras vestiduras siempre que sea necesario, pidámosle ayuda a Dios, Él siempre desea ayudarnos. Si somos seguidores de Jesús debemos buscar estar limpios de toda maldad.
Dios es Santo y aborrece la impiedad.
Cuando buscamos estar bien con Dios, cuando buscamos no avergonzarlo, todo es mejor.
No estamos solos, Él comprende nuestra humanidad y quiere vernos llevando adelante vidas mejores por nosotros mismos y por los demás.
Todos tenemos que vivir este proceso cada vez que se haga necesario y practicarlo es extremadamente benéfico.
¡ Glorias a Dios por Su misericordia !
Los Cristianos creemos en un mismo Dios, en una misma Palabra, pero reconozco que el Cuerpo de Cristo también es diversificado. Respeto las "pequeñas" diferencias que nos hacen en algunas cosas distintos, que nos hacen cuestionarnos, crecer juntos, y fortalecernos en lo que creemos. A Dios le indigna la impiedad e injusticia, por lo que debemos estar vigilantes, arrepentirnos del mal, buscar Su perdón, y a aprender de Él. Dios es bueno.
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