Como padres tenemos la responsabilidad de acercar nuestros hijos a Dios. El propio Dios dice que no debemos impedir a los niños de ir a Él.
La Biblia nos enseña que la niñez es el mejor momento para acercarnos a Dios.
Tenemos que enseñar con el ejemplo, ser practicantes de la Palabra, es necesario e importantísimo orar con nuestros hijos y leer la Biblia con ellos, en las diferentes etapas de sus vidas.
La mejor herencia que podemos dejarle a nuestros hijos es que aprendan a relacionarse con el Dios vivo, genuinamente, que busquen conocerlo más y más, que aprendan a obedecerlo, que lo adoren en espíritu y verdad, que le sean reverentes, etc.
Los Cristianos creemos en un mismo Dios, en una misma Palabra, pero reconozco que el Cuerpo de Cristo también es diversificado. Respeto las "pequeñas" diferencias que nos hacen en algunas cosas distintos, que nos hacen cuestionarnos, crecer juntos, y fortalecernos en lo que creemos. A Dios le indigna la impiedad e injusticia, por lo que debemos estar vigilantes, arrepentirnos del mal, buscar Su perdón, y a aprender de Él. Dios es bueno.
viernes, 16 de agosto de 2013
Hacé la voluntad de Dios. NO impidas que tus hijos se acerquen a Él.
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