Sencillamente orar es hablar con Dios, y si nunca lo has hecho te aconsejo imaginar que estás frente a Él, como si estuvieses sentado/a en una silla contándole tu situación, tus vivencias, sentimientos, preocupación, dudas, etc.
Comenzarás así, como en lo natural, pero con el tiempo experimentarás lo sobrenatural.
Descubrirás que tú como persona le hablas a alguien que existe, vive y es Real, que verdaderamente te escucha y actúa a tu favor. Pero te sorprenderás -sobre todo- con Su enorme fidelidad.
Los Cristianos creemos en un mismo Dios, en una misma Palabra, pero reconozco que el Cuerpo de Cristo también es diversificado. Respeto las "pequeñas" diferencias que nos hacen en algunas cosas distintos, que nos hacen cuestionarnos, crecer juntos, y fortalecernos en lo que creemos. A Dios le indigna la impiedad e injusticia, por lo que debemos estar vigilantes, arrepentirnos del mal, buscar Su perdón, y a aprender de Él. Dios es bueno.
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