viernes, 14 de septiembre de 2012

Seamos imitadores de Dios.

                                          Efesios 5:1.
Debemos tener un parecido cada vez mayor con nuestro Padre Celestial, si te Le pareces ...  nadie dudará de quién sos Hijo/a.
Y si cada día te parecés más a Él lo querrán conocer, pues notarán que lo bueno que ahora hay en ti lo 'heredaste' del Altísimo porque nadie brinda más amor y gozo a los demás que Dios.
No hay nada más precioso que puedas -por Su misericordia- acercar almas a Dios.
Él nos ha permitido llevar Su nombre, imitémoslo, y no lo avergoncemos.
Llevemos en alto Su nombre, aprendamos de Él.
Cuando te equivoques, arrepentite, y buscá Sus enseñanzas en la Biblia. Nadie te ama ni amará más que tu Padre del Cielo que siempre buscará guiarte por el mejor camino.
Muéstrate como Dios quiere que te muestres.
No aceptes para tu vida menos de lo que Él proyecta para ella, pues Dios -más que tú- conoce tu valor.
No permitas que te traten como una piedra si eres un precioso diamante.
Dios te bendiga. Que la gloria sea para Dios por los siglos de los siglos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario