lunes, 25 de febrero de 2013

Si Dios es quien dirige a tu familia, las tormentas no la afectarán.

No olvides que Dios nos espera con los brazos abiertos, siempre. Depende de nosotros el invitarlo -o no- a entrar a nuestra vida (me refiero a entregarLe todas las áreas de nuestra existencia).
Dios ama al ser humano, ama al matrimonio, a las familias, nos ama por completo.
Él es amor y si en tu casa Él reina, las cosas siempre se pondrán mejor.
Además de Su amor, Él nos regala Su misericordia, nos ofrece Su bondad, fidelidad, protección, nos anima, exhorta, guía, nos sana, perdona, nos hace más fuertes, nos trae paz, nos proveé, hace justicia, Dios une, restaura, nos da sabiduría, Él restituye, nos consuela, ...
No puedo imaginar una vida sin Él, y menos ¡ una familia sin Él ! (donde conviven varias personas con diferentes temperamentos, con variados anhelos, etc).
¡ No olvidemos que los NIÑOS necesitan a Dios !
Mi vida cambió cuando se la entregué diciéndoLe que quería que la condujera, que me direccionara, y mi hogar es otro desde el momento en que Le expresé que anhelaba que Él gobernara mi matrimonio, la relación de mi esposo y yo con nuestros hijos, la relación de nuestros hijos con nosotros, que deseaba que la relación fraternal de nuestros hijos fuera guiada por Él, pues no hay nada más lindo que los hermanos vivan armoniosamente.
Como es lógico, he experimentado Su gran fidelidad mientras, día a día, buscamos serLe más obedientes -a medida que conocemos qué nos requiere- por lo que Le fui entregando otras áreas de mi vida, como el área laboral, pues necesitamos que Él nos de sabiduría en todo lo que hacemos.
Dios bendiga a ti y a tu familia, por completo.

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