lunes, 20 de enero de 2014

Levantando puentes.

Ya es hora de extender puentes. Vamos a perdonar, si no lo hacemos, terminaremos aislándonos más y más, nos privaremos de lo que nos edificará.
Si no perdonamos los muros que hemos levantado a nuestro alrededor nos irán prensando, y ... ¡sin que nos demos cuenta!
Perdoná, perdoná; quitale las cargas que le has puesto a tu corazón.
Perdoná porque Dios lo pide en la Biblia, perdoná.
El perdón es beneficioso para nuestra vida espiritual. Te invito a que lo hagas. Es necesario hacerlo; perdoná por el bien de tu salud, por tu futuro, y por el bien de quienes te aman ya que les debe ser difícil saber que estás así y que te sentís de esa forma. Esta situación le quita color a tu vida, y la persona que más pierde con todo esto sos tú.
Si no perdonamos nuestra compañía se hace más amarga, para nosotros y para todo aquel que nos rodea.
¡ No más heridas abiertas !!! Perdoná, ¡ hacelo ya !
Hemos sido llamados a ser luz, no puede haber tinieblas en nosotros.
Pedile ayuda a Dios, y hoy ... ¡perdoná!
¿Lo estás tomando en cuenta? ¡Así se hace! Bueno, ahora solamente te falta decirle a Dios que querés perdonar a ... , y que te ayude a perdonar genuinamente. Decile que querés vivir libre de lo que te hace daño, te ata y esclaviza. Hablale a Dios y expresale que querés ser alegre y dsfrutar la vida. Contale a Dios que no querés andar en desobedienca con Él. Etc, etc.
Ahora a disfrutar la vida y recuperar la alegría perdida.
Sí, se ha abierto una puerta, el escenario es otro, empezarás a cambiar y se acercarán nuevas y buenas oportunidades a tu vida.
Estás en obediencia a Dios, y ¡Él comenzará a renovarte!
Te sentirás más joven, más brillante, tu mirada cambiará, y tu sonrisa pronto se dejará ver muchísimo más.
Ya nadie dudará de quien eres hijo/a, pues se verá más tu Luz, día a día.
A practicar el perdón también se aprende, para ello tenemos que dar el paso inicial. Al hacerlo estaremos aprendiendo a detectar cuando algún sentimiento nos está afectando y aprisionando, y cuál es la solución. Las próximas veces perdonaremos con mayor naturalidad, sin permitir ni por un minuto que nos dañe el accionar de otro. Verás que irás fortaleciendo en Dios porque estarás en Su voluntad.
Comprobarás que si alguien te daña en el futuro te dolerá, pero ya no te herirá de muerte ¿verdad?
Si perdonás, sin dudas,  comenzará otra etapa también para quien te ha herido. Esa persona notará tu cambio, comprobará tu libertad, descubrirá tu sabiduría, y quizás se vea también estimulada a cambiar.
Te aplaudo. Te aplaudo de pie.
Sí, ¡ hay mucho más por conquistar !
Dios te bendiga.

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