Salmos 42:1.
" Tengo sed de Ti, sin Ti mi vida se seca. ¡ Te necesito, Señor ! Solamente todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Ven y conforta me, ... "
Si estás en una prueba podrás decirle a Dios lo anterior, y podrás sentir claramente lo qué es estar seco, sediento, pero ... ... si hoy no estás pasando por una prueba, igualmente, mantenete saciado, "hidratado" en Él, pues Dios siempre está dispuesto, y con los brazos abiertos. Nuestro Padre del Cielo está, segundo a segundo, esperando por saciar tu sed, sin importar qué tipo de circunstancias estás viviendo.
Con Él sentimos más frescura en esta vida, la llevamos adelante con gozo apesar de cualquier situación.
¿ Ya hablaste hoy con Dios ? ¿ Ya Le agradeciste ? ¿ Lo has alabado ya ? ¿ Le has hecho conocer tus sentimientos, tus anhelos ? ¿ Has escuchado una música cristiana a la que te sumes para adorarLo ? BuscaLo, cantaLe a Dios y verás como en minutos estarás rebozando "hidratación".
Hacé que tu vida esté de contínuo en ¡ un manantial de agua fresca !
Disfrutá regularmente de Su Palabra (oyéndola y llevándola a la práctica).
Deleitémonos en Su presencia y nunca tendremos sed, nunca estaremos sedientos.
Si lo hacemos así, también podremos compartir de esta agua con el que se está secando y no sabe donde beber, y no perderemos el viaje porque también al sediento le estaremos mostrando el camino.
Reconozcamos -siempre- que sin Dios nos secamos.
Te necesitamos, Señor.
Los Cristianos creemos en un mismo Dios, en una misma Palabra, pero reconozco que el Cuerpo de Cristo también es diversificado. Respeto las "pequeñas" diferencias que nos hacen en algunas cosas distintos, que nos hacen cuestionarnos, crecer juntos, y fortalecernos en lo que creemos. A Dios le indigna la impiedad e injusticia, por lo que debemos estar vigilantes, arrepentirnos del mal, buscar Su perdón, y a aprender de Él. Dios es bueno.
viernes, 15 de febrero de 2013
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