viernes, 3 de febrero de 2012

Tenemos un escudo, pero ... ¿es realmente fuerte? ( Parte 1 ).

Va otra pregunta ¿sabías que si querés tener un buen relacionamiento con Dios necesitás tener fe?
No hablo de optimismo, ni de fuerza de voluntad, ni de entusiasmo, no hablo de esperanza, no me refiero a llevar un crucifijo en el cuello como representación de tu fe, tampoco fe es negar el problema que tenemos frente a nosotros.
La Biblia define muy bien la fe: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).  Se entiende claramente.
Por las dudas, en otras palabras :  la fe es la plena seguridad de recibir lo que se espera, la prueba de la realidad de lo que no vemos.
Las personas hablan confusamente sobre la fe.
Pero debemos tener fe en la verdad. La verdad es Jesús, el verbo. Cristo es el "camino, la verdad y la vida".  Juan 8:32,36.
Las personas ponen su fe en otros seres humanos, en el dinero, ponen su fe en la disposición de los muebles de determinada manera en sus hogares, colocan su fe en los planetas, etc, etc. Pero esa no es la fe que te acerca al Todopoderoso.
La verdad no es ni una cosa ni un creencia humana. Por lo que no debemos tener fe en personas o cosas.
La fe es el vínculo del hombre con Dios. Marcos 9:23. ¿Y quién es el único mediador entre Dios y los hombres?  Jesús,  la Biblia lo afirma.
Ésta es la verdadera fe, la fe cristiana la fundamentada en la verdad, en Cristo, en la Palabra de Dios.
La fe en Dios se basa en Jesús. Hebreos 12:2.
La fe trae el poder de Dios a la vida del ser humano. La fe y la Palabra están muy vinculadas, la fe necesita también de la Oración y de nuestro genuino relacionamiento con Dios.
La fe disipa la duda (y ésta última es lo contrario a ella), y la fe es confiar en Dios siempre.
¿Sabías que todos tenemos una medida de fe?  Romanos 12:3. Por lo que nadie puede decir que no tiene fe. Dios es bueno, ¿verdad?  Pero tenemos que cuidar nuestra fe.
La fe no es negar el problema que enfrentamos, es reconocerlo y 'descansar' en Dios (no dejando de hacer lo que nos corresponde) dejándole a Él lo que ya no está  en nuestras manos hacer. Porque Él sí es Dios, es el Dios de lo imposible. Fe es eso: poner nuestros ojos en Dios y no en el problema
La fe no es esperanza pues esta última tiene un toque de incerteza, pero la fe se mueve en el presente.
La Salvación es un don de Dios y la recibimos por la fe,  fe en Jesús,  no en una religión, ni en una congregación y lo que allí se practica.
El origen de la fe es Jesús. Tengo fe si creo que Jesús nos acepta 'así' por lo que hizo en la Cruz, pues Él es el autor y consumador de la fe (Romanos 5:1).
La fe es someter nuestro espíritu a la Palabra de Jesús, la fe es un requisito principal que un cristiano debe tener. Y ella se fortalece por la oración. Lucas 17:5. Santiago 1:3. Fe es la confianza en Jesús, y ella no se explica por medio de la lógica del hombre, no se explica por la razón.
En Hebreos 10:38 vemos que el justo vivirá por la fe, de lo contrario no agradará a Dios. Habacuc 2:4.
Si nuestra fe fuese solamente del tamaño de una semilla de mostaza -de todos modos- sería poderosa. ( . . .) Pero Dios nos puede ayudar a tener una fe fuerte (Lucas 17:5. Marcos 9:24).
Romanos 4:17. Tener fe es no tener la necesidad de ver para creer, es creer en cosas que existen pero que no las podemos ver.
¿Podemos ver el viento? No lo podemos ver.  Pero él existe.    La fe ve eso, lo no visible.
2 Cor 5:7.  Avanzo por la fe, no por lo que veo, no voy a  avanzar si me guío por lo que se ve.
Mientras el problema, la situación me quiere hacer retroceder la fe -en cambio- me mueve a continuar, a no bajar los brazos.
El cristiano sigue cosas que no se ven.
Tenemos fe cuando creemos que Dios está comandando todas las cosas, cuando depositamos en Él una confianza total.
Por saber que Jesús es el Verbo, que Dios es fiel cumplidor de promesas y que Su Palabra no vuelve vacía (Isaías 55:11), por saber que la tierra pasará pero Su Palabra nunca pasará, es que nuestra fe se basa en la Biblia.
Y esa es la Fe de verdad.        
(Continuará).


Que la gloria sea para Dios por siempre. Bendiciones.    Un abrazo.

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